La raza Morucha sigue formas de cría extensiva y de permanencia a campo abierto. Hoy, en régimen estante y con muy limitados desplazamientos para aprovechar recursos temporales. Son animales que viven permanentemente a la intemperie, siendo su único cobijo la encina, carrasco y otras brigadas naturales. La explotación media tiene una superficie en torno a 250-300 hectáreas, dividida en cercados que se van rotando siempre que las condiciones climatologías lo permitan, guardándose unos para invierno y otros para verano; empacando el heno cuando existe sobrante, siembra de forrajes que se empacan para el invierno o bien se consumen a diente favoreciendo el rebrote. El mantenimiento de los animales se lleva a cabo con los recursos naturales de la explotación, es decir, ramón, bellota, hojato del roble etc., suministrándose raciones de mantenimiento, como la alfalfa, tacos, forrajes o mezclas en carros de productos frescos y secos complementarios durante las épocas de penuria.