Se erige como la gran repobladora de los terrenos de encinares y robledales del secano occidental.
El área geogáfica donde habita la raza Morucha, se caracteriza por el clima extremo, áspero y duro, que multiplica sus efectos por la modalidad de explotaciones extensiva y sin albergues, típica de dehesa.
La raza se explota en régimen extensivo, fundamentalme en el ecosistema de dehesa, aunque existen explotaciones dispersas, por ejemplo, existe una ganadería asociada en la Camarga francesa, el asentamiento fundamental de la raza se encuentra en el oeste peninsular, concretamente en el suroeste de Zamora, Salamanca y el Norte de Cáceres constituyen el feudo principal de la Raza.
El asentamiento de esta raza tiene lugar en el oeste peninsular, en la denominada dehesa fría, constituida por extensas áreas de encinares, robledales y quejigales en distintos estados, ocupando también serranías, integrándose perfectamente en el medio. Es un clima continental, con grandes diferencias térmicas entre el invierno y el verano.
SISTEMAS DE EXPLOTACIÓN
La raza Morucha sigue formas de cría extensiva y de permanencia en campo abierto. Hoy, en régimen estante y con muy limitados desplazamientos para aprovechar recursos temporales; hace años acogida a la trashumancia, que aún conserva algunas vacadas.
Son animales que viven permanentemente «a la intemperie», siendo su único cobijo la encina, carrasco y otras brigadas naturales. La explotación media tiene una superficie en torno a 250-300 hectáreas, dividida en cercados que se van rotando siempre que lo permitan las condiciones climatológicas, guardándose unos para verano y otros para invierno, empacando el heno cuando existe sobrante, siembra de forrajes que se empacan para el invierno o bien se consumen a diente favoreciendo el rebrote.
El manteniemiento de los animales se lleva a cabo con los recursos naturales de la explotación, es decir, ramón, bellota, hojato de roble etc., suministrándose raciones de mantenimiento, como la alfalfa, tacos, forrajes durante las épocas de penuria.
En el manejo la mayoría de las explotaciones tienen mangas de manejo dotadas de corral de retener, varios chiqueros para llevar a cabo las separaciones, desahijados…, un mueco para realizar las pruebas sanitarias oficiales, vacunaciones,desparasitaciones, herradero y una báscula con embarcadero apropiado.
Son animales que viven permanentemente «a la intemperie», siendo su único cobijo la encina, carrasco y otras brigadas naturales. La explotación media tiene una superficie en torno a 250-300 hectáreas, dividida en cercados que se van rotando siempre que lo permitan las condiciones climatológicas, guardándose unos para verano y otros para invierno, empacando el heno cuando existe sobrante, siembra de forrajes que se empacan para el invierno o bien se consumen a diente favoreciendo el rebrote.
El manteniemiento de los animales se lleva a cabo con los recursos naturales de la explotación, es decir, ramón, bellota, hojato de roble etc., suministrándose raciones de mantenimiento, como la alfalfa, tacos, forrajes durante las épocas de penuria.
En el manejo la mayoría de las explotaciones tienen mangas de manejo dotadas de corral de retener, varios chiqueros para llevar a cabo las separaciones, desahijados…, un mueco para realizar las pruebas sanitarias oficiales, vacunaciones,desparasitaciones, herradero y una báscula con embarcadero apropiado.
La reproducción se realiza mediante monta natural : un toro cada cincuenta vacas; de manera que los partos comiencen en septiembre, es decir, que habitualmente se cubren a partir de diciembre y retirándose el toro a primeros de julio, para así conseguir una uniformidad relativa en las pariciones.
La raza Morucha ha contribuido a la conservación del medio ambiente, junto a otras especies en el mismo medio, manteniendo la dehesa, impidiendo la proliferación del matorral, y evitando el peligro de incendios que hubiera concluido en la desaparición del monte adehesado.